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Ana Karina Calderín
No es secreto que los profesionales del derecho a lo largo de los años hemos sido percibidos y catalogados como <<promotores del conflicto>>. Esta percepción ha sido alimentada por la actitud y acciones de algunos profesionales que piensan que el conflicto genera mayor rentabilidad; nada más alejado de la realidad.
En el área mercantil, la finalidad principal de las empresas y personas vinculadas es lograr el mayor rendimiento económico en sus actividades de producción, comercio o prestación de servicios, por lo que tener un equipo sólido con visión estratégica conformado por profesionales de diferentes áreas (Derecho, economía, administración, ingeniería, etc.) que conozcan el negocio y, además, entiendan las necesidades del cliente, es vital para lograr el objetivo principal de cualquier empresa: ¡Más ingresos!
Específicamente, el rol de abogado en una empresa, a nuestro juicio, tiene diferentes eslabones, a saber: (i) el conocimiento del marco legal y regulatorio de la empresa y del objeto del negocio; (ii) el conocimiento del entorno negocial de la empresa y el cliente con el que pretende realizar alguna operación comercial; y (iii) conocimiento y prevención de los riesgos asociados a la operación.
Al momento de realizar cualquier negocio, consideramos que el abogado debe adoptar una actitud estratégica y preventiva que permita establecer los puntos de interés interno, los posibles puntos de interés de la contraparte en la negociación y los demás aspectos ambientales de la operación que sean relevantes, es decir, aunque parezca impertinente, realizar una especie de matriz FODA del negocio u operación que pretende realizar la empresa. Lo anterior, para poder tener claridad interna del objetivo principal de la organización que representa, y así estar preparado de manera integral al momento de hacer negocios.
A manera de recomendación, a continuación, les presentamos una lista de acciones que sugerimos sean tomadas en consideración por el equipo gerencial y legal de las empresas u organizaciones que realizan operaciones comerciales:
Conocer el alcance y capacidad de la organización que representas es vital; así como realizar un estudio previo de las personas que te van a acompañar en el proceso e integrarlas al equipo encargado de realizar la operación.
El conocimiento sobre los datos duros, es decir, los datos cuantitativos de la operación y de la contraparte son necesarios para no hacer negocios totalmente intuitivos. Por lo que se sugiere investigar:
Solo a través de un canal de comunicación efectiva se puede lograr un negocio sólido y mitigar posibles desavenencias. Respecto de este punto se sugiere:
Las anteriores recomendaciones se realizan desde una perspectiva de negociación preventiva a la hora de realizar una primera operación comercial con un nuevo actor. Sin embargo, al momento de la ejecución de la operación en caso de que existan desacuerdos, se sugiere verificar la cláusula de resolución de controversias y decidir la pertinencia de la escogencia de los mecanismos disponibles.
Hoy en día, pensar que el único mecanismo de solución de controversias legal y efectivo es acudir a los tribunales del estado, sin duda es un error que puede costar mucho tiempo y dinero. De ahí deriva la importancia de contar con un abogado integral que permita gestionar correctamente el conflicto que pueda surgir dentro de la operación comercial de la empresa.
Dependiendo del tipo de conflicto, será conveniente utilizar un mecanismo donde no se necesite la intervención activa de un tercero o por el contrario, donde sea vital que el tercero tome la decisión por las partes involucradas. Así, a continuación, enumeramos algunas de las razones para utilizar un mecanismo u otro:
Mecanismos cooperativos o autocompositivos (Negociación, conciliación):
Mecanismos Adversariales/Heterocompositivos (Arbitraje):
En definitiva, cada empresa debe designar al equipo encargado de la gestión de la operación, que, a nuestro juicio, podría estar liderada por algún profesional del derecho con habilidades de gerencia para así lograr una gestión efectiva del conflicto.
[1] “El precio de reserva es el límite extremo que se fija un negociador como aceptable para considerar una oferta viable” (2016) Gómez, Luis A. Negociación Internacional. Enfoque Estratégico. Universidad Externado de Colombia. Bogotá – Colombia. Página 84-85.
[2] Ortega Giménez, A. (2013). Contratación Internacional Práctica. Cómo evitar los “Riesgos contractuales” en el comercio internacional. Editorial ICEX. Pág. 43 y 44.
Es una asociación civil sin fines de lucro, fundada en el año 1999, dedicado a promover la conciliación, el arbitraje y la junta de controversias como métodos alternativos para la solución económica y efectiva de controversias comerciales.
RIF: J- 30892785-6
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